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Liderazgo intermedio, orientación y justicia social

Los líderes intermedios, ya sea que ocupen posiciones formales o informales, son responsables de variados aspectos del desarrollo de las escuelas. Por su parte, las y los estudiantes secundarios deben ser informados e “inspirados” sobre las potenciales opciones de trayectoria profesional a seguir una vez que egresen de sus establecimientos. Esta temática puede entenderse como un tema de justicia social, pues impacta en las oportunidades para elegir cuáles serían las posibles trayectorias futuras. En este marco, presentamos el artículo de los profesores Elson Szeto y Kuen-fung Sin, ambos del Centre for Special Educational Needs and Inclusive Education en The Education University of Hong Kong, y Paulo Volante, de la Facultad de Educación UC, quienes exploran creencias y prácticas de liderazgo docente intermedio para promover la justicia social en la planificación de carrera de los estudiantes secundarios de Hong Kong. El artículo fue publicado por la revista International Studies in Educational Administration, del Commonwealth Council for Educational Administration and Management (CCEAM).

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Si bien hay distintas metodologías para dar orientación vocacional en la educación secundaria, se sugiere que el objetivo de esta práctica sea informar, inspirar y preparar para explorar distintas opciones de carrera profesional de acuerdo al contexto sociocultural, y se propone que se haga lo más tempranamente posible. En el artículo, los autores exploraron algunos desafíos de la orientación vocacional -un área que denominan educación para la “planificación de carrera y de vida” (career and life planning, CLP)- en el contexto de Hong Kong. En concreto, se enfocaron en los desafíos que conlleva la educación vocacional, mirada desde el enfoque del liderazgo para la justicia social, en distintos tipos de escuelas secundarias del sector público. En Hong Kong, a partir del 2014, se entrega orientación a todos los estudiantes durante los 6 años que dura la enseñanza secundaria, conectando información sobre las opciones de carrera disponible, exploración, y la capacidad de decidir “sabiamente” sobre el futuro. Esta política educativa tiene como propósito desarrollar jóvenes “mejor preparados para tomar decisiones informadas y responsables, para que, de esta forma, saquen lo mejor de las oportunidades que se le presentan”.

De acuerdo a lo que indica la mencionada política, en cada escuela existen líderes intermedios encargados de la formación en la “planificación de carrera y de vida” (CLP, en inglés). Ellos son responsables de planificar, implementar y evaluar los programas de orientación. Sin embargo, esta política educativa no designa formalmente un cargo para realizar esta labor, por lo que en la práctica las escuelas pueden o no tener un profesional especialmente asignado a esta tarea. De hecho, en algunos establecimientos otros líderes suelen tomar el rol, como los coordinadores de Necesidades Educativas Especiales (Special Needs Coordinator, Senco), o docentes en distintas posiciones. Esta situación levanta la pregunta sobre el verdadero reconocimiento del rol de los encargados de orientación vocacional y, además, sobre las posibilidades reales de los estudiantes para explorar adecuadamente sus proyecciones de carrera. En ese sentido, el estudio intentó capturar las prácticas que las y los líderes intermedios CLP realizan para apoyar la indagación de trayectorias de sus estudiantes. En paralelo, también se analizó la experiencia reportada por estudiantes sobre su participación en actividades de CLP. Por ello, bajo un propósito exploratorio, los autores buscaron responder a tres preguntas de investigación: 1. ¿Qué desafíos enfrenta la formación en CLP, relacionados con la justicia social, en la educación secundaria?; 2. ¿cómo las y los líderes intermedios afrontan los desafíos a través de sus prácticas de liderazgo, en una educación en CLP socialmente justa en diferentes tipos de escuelas?; 3. ¿qué nivel de igualdad de oportunidades de desarrollo para las trayectorias de carrera de los jóvenes puede ser promovida a partir de las prácticas de liderazgo en las escuelas?

Los autores estudiaron los casos de tres escuelas públicas de nivel secundario (denominadas escuelas A, B y C para efectos de la investigación). En cada una se busco construir un “caso” que capturara la experiencia del líder intermedio encargado de CLP y de algunos estudiantes. Para ello, se entrevistó a cada uno de estos líderes -ninguno de los cuales poseía formalmente el cargo, pero sí ejercían el rol- y se realizaron focus groups con alumnos. Es importante notar, en el sistema educativo de Hong Kong, que las escuelas están fuertemente estratificadas de acuerdo al desempeño de sus estudiantes. Por ello, para efectos de la investigación, se escogió una escuela con estudiantes de alto desempeño (A), otra con estudiantes de desempeño intermedio (B) y otra de bajo desempeño (C).

Uno de los primeros hallazgos del estudio es que las escuelas reportaron dificultades para implementar de forma correcta y consistente la política de CLP, debido a la poca flexibilidad para hacer uso de los recursos públicos entregados o a la escasez de los mismos. Además, cada escuela tuvo desafíos particulares relacionados con el tipo de estudiantes que recibían. Por ejemplo, la escuela C poseía una gran cantidad de estudiantes que solían ser excluidos de las escuelas tradicionales debido a su desempeño, además de alumnos de familias inmigrantes, con diferentes idiomas y diversidad cultural. Por ello, el profesional de CLP reportó una gran dificultad para atender las necesidades particulares de cada estudiante. Frente a estas, situaciones particulares de cada establecimiento, los profesionales desplegaron distintas estrategias de afrontamiento, entre las que destaca la creación de alianzas con organizaciones externas para obtener apoyo profesional.  En la escuela A, por ejemplo, se coordinaron visitas a distintas organizaciones y empresas para que los estudiantes pudiesen realizar una exploración de carrera más profunda y tener una idea real de lo que significaba desempeñarse en una determinada área. En la escuela B, el apoyo externo permitió a los estudiantes -en su gran mayoría inmigrantes- saber si deseaban continuar sus estudios o directamente trabajar, y plantearse además si deseaban desenvolverse a futuro en Hong Kong o en sus países de origen. En la escuela C, en tanto, gracias a los recursos adicionales, el coordinador CLP pudo observar con más detalle los intereses de cada estudiante. El apoyo de organizaciones externas pudo aportar a las y los estudiantes con actividades de autoconocimiento y consejería, las que fueron clave en ese establecimiento dada la baja autoeficacia y seguridad de sus estudiantes.

Un elemento relevante en la investigación es que ninguno de los encargados de CLP ocupaba un cargo formal de orientación en su organización. Esto les llevó a tener algunas dificultades para ser validados entre sus pares. Sin embargo, todos llevaron a cabo diferentes estrategias de liderazgo en sus establecimientos, principalmente centradas en contactar redes y solicitar apoyos externos. Para los autores, estas estrategias tuvieron impactos concretos en los estudiantes, potenciando su exploración de distintas opciones de carrera profesional, lo que abordó de forma directa el desafío de justicia social presente en los establecimientos. En la escuela A, por ejemplo, el uso de recursos externos permitió superar las limitaciones de tiempo que existían para dar respuesta a las necesidades de cada estudiante, y además entregarles experiencias “reales” sobre diferentes alternativas profesionales; en la escuela B ayudó para abordar las diferencias culturales y sociales de los estudiantes; y en la escuela C, fue clave para ayudar a desarrollar confianza y auto eficacia en los alumnos. En ese sentido, el apoyo profesional externo fue determinante para poder comprender la diversidad de características, fortalezas y debilidades de las y los estudiantes y ofrecerles opciones que se ajustaran a sus necesidades. De hecho, los autores reflexionan sobre cómo la noción de diversidad es clave para abordar la elección de carrera y la orientación vocacional desde una perspectiva de la justicia social. Esto, dado que cada estudiante posee necesidades individuales y que es importante reconocerlas para ofrecerle una orientación vocacional relevante.

Como conclusión final, los autores plantean la importancia de reconocer el rol del coordinador CLP como un cargo formal dentro de los establecimientos, con el fin de validar su labor en las escuelas. Por otro lado, si bien los entrevistados realizaron estrategias de afrontamiento efectivas para favorecer a sus estudiantes, también se plantea la necesidad de contar con apoyos más flexibles y continuos a nivel central que permitan ofrecer asistencia diferenciada. Se observó que las desigualdades del sistema efectivamente afectaban las posibilidades para explorar posibles carreras y trayectorias profesionales, por lo que su abordaje se convierte en una temática de justicia social.

 

Artículo traducido y editado por Claudia Llorente y Paulo Volante desde:

Szeto, E. Sin, k., Volante, P. (2021). Middle Teacher Leadership Practice for Social Justice: Young People’s Career Development in Senior Secondary Education. International Studies in Educational Administration (49,3). P 82-102