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Liderar en tiempos de cambio

En tiempos de cambio, complejidad y cuando existen pocas certezas, las y los líderes escolares están desafiados a adaptarse y navegar entre distintas influencias, con el fin de alcanzar logros positivos para los estudiantes y la comunidad.

Si bien se ha sugerido que es necesario “reinventarse” ante los cambios, también hay prácticas que permanecen constantes. En educación, se ha establecido que las últimas décadas han sido altamente desafiantes, debido a la influencia de elementos como los cambios demográficos y sociales, la irrupción de la tecnología, los avances en la ciencia, y las reformas a nivel de políticas. En este contexto, los autores Laurie Drysdale y David Gurr, uno de los expositores confirmados a las XI Jornadas de Dirección y Liderazgo Escolar, propusieron un modelo de liderazgo compuesto por siete dominios, que conjuga la investigación previa sobre gestión en un sentido más amplio con la de liderazgo escolar, enriquecida con los propios hallazgos.

Articulo principal

Las y los líderes exitosos tienen una visión a largo plazo de la educación. Poseen habilidades para reunir a la comunidad escolar y llevarla en una dirección, articulando una visión futura, pero vinculada a la realidad actual. Los buenos líderes escolares están centrados en las personas y por ello promueven su desarrollo. También son capaces de liderar cambios, comprendiendo que los aspectos organizacionales son centrales para sostenerlos, y saben – también - lo que significa un buen currículum, una buena enseñanza y una correcta evaluación, y cómo mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Son proactivos en su propio desarrollo personal y profesional. Finalmente, comprenden que la escuela se sitúa en múltiples contextos, y son capaces de responder e influir. Para sistematizar todas estas características, los autores establecieron siete dominios clave del liderazgo, identificando prácticas exitosas en tiempos de cambio.

Comprender el contexto: claramente el contexto importa para el éxito escolar. Las y los directores exitosos parecen ser capaces de adaptarse, utilizar e influir en el contexto para promover el éxito de la escuela. Existirían capacidades clave para ello:

    • Hacer sentido: refiere a la habilidad para entregar un sentido a situaciones ambiguas. El desafío para los líderes es dar sentido en contextos complejos y cambiantes, sobre todo cuando las escuelas reciben diferentes influencias simultáneamente.
    • Analizar el contexto: es importante que los líderes sean capaces de analizar el contexto desde distintos puntos de vista, con el fin de comprender el cuadro completo, y no solo sus propias impresiones. Esto, debido a que siempre habrá “puntos ciegos” (elementos que son desconocidos para los líderes, pero no así para miembros de su comunidad, o viceversa) y elementos que van surgiendo a través del tiempo.
    • Coraje para superar el contexto: a veces los líderes escolares se encuentran en contextos difíciles. Los autores mencionan que los buenos líderes son capaces de superar las dificultades contextuales sin importar qué tan caóticas y disruptivas sean. De hecho, más que solo “sobrevivir”, son capaces de crecer en sus contextos. A este tipo de personas, los autores los llaman líderes heroicos, ya que demuestran determinación, coraje y propósito moral en sus acciones, además de sumar a otros en los objetivos.

Establecer una dirección: muchas definiciones de liderazgo consideran que esta es una tarea clave. Para llevarla a cabo, los autores proponen 3 capacidades específicas:

    • Toma estratégica de riesgos: se trata de una conducta esencial para llevar a cabo una gestión segura, dado que no es posible avanzar huyendo del riesgo. Sin embargo, es importante evaluarlo y evitar los peligros. Para ello se necesita tomar decisiones basadas en evidencia, analizar posibles consecuencias y poseer planes de contingencia.
    • Compás moral: los autores utilizan esta metáfora para referirse a lo que guía a los líderes, es decir, su visión, valores, principios, misión, etc. Sostienen que las y los líderes exitosos poseen valores que son capaces de articular y demostrar, como la justicia social, el cuidado, la empatía, la libertad, la democracia, las altas expectativas, el fortalecimiento de la colaboración, entre otros.
    • Planificación de escenarios: en tiempos de incertidumbre es complejo realizar predicciones y seguirlas, sobre todo en contextos de múltiples cambios. La planificación de escenarios implica enfocarse en el futuro e identificar los elementos más importantes que podrían guiar el cambio en esa dirección. Esto permite identificar oportunidades y amenazas, supuestos y, además, obtener una perspectiva amplia de distintos puntos de vista. Finalmente, es una estrategia que permite anticipar eventos no deseados.

Desarrollar la organización: esta práctica requiere un continuo desarrollo de políticas, estructuras, procesos y prácticas que promuevan la mejora profesional de los miembros de la organización. Se identifican tres capacidades clave para líderes en tiempos de cambio:

    • Desarrollar una cultura adaptativa: se puede decir que una cultura es adaptativa cuando sus miembros son capaces de identificar soluciones a desafíos y problemas. Los autores refuerzan la importancia de contar con una cultura que se adapte tanto a las amenazas externas como a las nuevas oportunidades.
    • Construcción recíproca de la cultura: dado que las escuelas interactúan con su contexto constantemente, la cultura también recibe influencias externas, por lo que se trata de un proceso recíproco. Los líderes exitosos construyen una cultura que es adaptativa y que sostenga la visión, misión y dirección de la organización.
    • Liderazgo distribuido: si bien la evidencia respalda la distribución del liderazgo, es clave hacerse preguntas como: ¿Qué es lo que se distribuye (tareas, responsabilidades, actividades, etc.)? ¿Existen patrones de distribución del liderazgo que son más efectivos en determinadas circunstancias?, ¿cómo las y los líderes apoyan el trabajo de otros líderes en la organización?

Desarrollar a las personas: es posible decir que las organizaciones con alto capital humano -como las escuelas- están hechas de personas. En tiempos de cambio, dos capacidades son clave:

    • Gestionar el talento: tiene que ver con la adquisición y desarrollo de capacidades de las personas. En educación se trata de un elemento clave, pues es sabido que poseer profesores/as de calidad es crítico para mejorar los logros de los estudiantes.
    • Construcción de capacidades: incluye todas aquellas intervenciones diseñadas para incrementar las habilidades de las personas y de la organización. En ese sentido, es una parte integral del funcionamiento de las escuelas.

Mejorar la enseñanza y el aprendizaje: es la tarea central de las organizaciones educativas. Tres estrategias son clave:

    • Conocer el “producto”: el líder escolar no es reemplazable por un directivo de una organización cualquiera, sino que necesita poseer un conocimiento específico y actualizado sobre las funciones esenciales de la escuela y, sobre todo, de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
    • Evaluación y toma de decisiones basada en la evidencia: las y los líderes tienen la tarea de buscar evidencia que respalde sus decisiones de mejora. Además, es clave que revisen datos generados por la propia escuela, con el fin de reconocer qué necesitan para continuar mejorando.
    • Comprender las tecnologías disruptivas: los autores proponen a directores y directivos mantenerse responsivos ante las nuevas tecnologías. Si bien el texto es anterior a la pandemia, justamente este fue uno de los puntos que se puso a prueba ante la irrupción de las clases a distancia.

Influir: Liderar es influir. En ese sentido, los autores proponen un enfoque que permite a los líderes explorar su influencia en múltiples vías:

    1. Oír a los líderes: para influir de forma efectiva, los líderes necesitan explicar de forma clara la situación, el contexto actual y hacia dónde movilizase. En ese sentido, se requiere que su comunicación sea clara y enfocada, y que promueva los esfuerzos colectivos.
    2. Ver a los líderes: un aspecto clave para influir es ser un modelo a seguir. Por ello, conductas como la autenticidad, el respeto, el coraje y los principios son clave. Todas las acciones de los líderes son fuentes potenciales de influencia.
    3. Interactuar con los líderes: el liderazgo siempre es una influencia relacional y recíproca. En ese sentido, para dejarse influir, las personas también necesitan sentir que pueden influir sobre el líder. Esto implica establecer redes, alianzas y visiones compartidas.

Liderarse a sí mismos. Para liderar efectivamente a otros, también es importante ser capaces de liderarse a sí mismos. Es decir, ser capaces de establecer una dirección y una motivación para actuar. Tres capacidades son clave:

    • Responsabilidad por el desarrollo personal: si bien en ocasiones el camino del desarrollo personal de los líderes posee numerosos obstáculos -como la falta de apoyo y limitadas oportunidades-, es importante que se adapten, se conozcan y sean capaces de comprender qué impacto tienen en otros.
    • Reenmarcarse: tiene que ver con la capacidad para cuestionar creencias y explorar nuevas posibilidades, lo que requiere apertura, agilidad y resiliencia.
    • Poner a prueba supuestos: En tiempos de pocas certezas, es importante cuestionar profundamente nuestros supuestos, con el fin de responder adecuadamente a eventos disruptivos. Para ello, es clave comprender las dinámicas que están detrás de nuestras conductas y cómo se ven influenciadas por nuestros valores y supuestos. Además, reconocer qué estrategias de acción seleccionamos y cuáles son sus consecuencias.

De esta forma, si bien los autores están de acuerdo con la idea de que es necesario cambiar para adaptarse a los cambios del entorno, también existen dominios clave del liderazgo que se mantienen, al menos, relativamente estables a lo largo del tiempo, dado que están a la base de la mejora educativa: comprender el contexto, establecer una dirección, desarrollar a las personas, desarrollar la organización, mejorar la enseñanza y el aprendizaje, influir en otros y liderarse a sí mismos/as.

 

Texto traducido y editado por Claudia Llorente y Paulo Volante desde:

Drysdale, L., & Gurr, D. (2017). Leadership in uncertain times. International Studies in educational administration, 45(2), 131-159.