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Inclusión de estudiantes migrantes en Chile: desafíos para el liderazgo escolar

En los últimos años, Chile ha experimentado un aumento en la población migrante, situación que también se ha reflejado en nuestro sistema escolar. De acuerdo a cifras del Centro de Estudios del Ministerio de Educación (Mineduc), en el año 2021 la matrícula de estudiantes extranjeros en establecimientos escolares ascendía a 192.040. Sin duda, este escenario ha traído desafíos al sistema educativo en su conjunto, y especialmente a las escuelas, instalando la preocupación por implementar una educación inclusiva.

En esta línea, el artículo elaborado por Sebastián Gómez, egresado del programa de Magíster en Educación de la UC mención Dirección y Liderazgo Educacional, y Ricardo Sepúlveda, docente del programa, buscó identificar prácticas de liderazgo escolar orientadas hacia la inclusión de estudiantes extranjeros, y en particular, caracterizar las estrategias y los desafíos de una escuela pública ubicada en una comuna con alta población migrante.

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De acuerdo a los autores, iniciativas como la Ley de Inclusión y el documento del Mineduc titulado “Orientaciones técnicas para la inclusión educativa de estudiantes extranjeros”, han permitido a las escuelas avanzar hacia la entrega de respuestas adecuadas. Sin embargo, aún se necesitan lineamientos y protocolos específicos, que favorezcan prácticas consistentes en el tiempo. Por otro lado, la investigación en Chile sobre el tema se ha enfocado en caracterizar a este grupo de estudiantes, y abordar las percepciones existentes en torno a ellos -frecuentemente marcadas por los prejuicios y el racismo -. Todavía es poco lo que se sabe sobre las prácticas que realizan los establecimientos de nuestro país para acogerlos, y menos aún se conoce sobre el rol del liderazgo escolar al guiar estos procesos de inclusión.

En concreto, la investigación de los autores indagó en los desafíos de inclusión abordados por el equipo directivo de una escuela básica pública de la Región Metropolitana. Al momento del estudio esta poseía 92 estudiantes extranjeros, la mayor cifra de su comuna. Este número había aumentado rápidamente en los últimos 3 años, un 85% desde el 2018, el mayor crecimiento en toda la región. El establecimiento tenía además una tasa de vulnerabilidad del 88%.

Los autores utilizaron la metodología de estudio de caso único, donde la unidad de análisis fue el equipo directivo, compuesto por el director, el encargado de convivencia escolar y el trabajador social. Los datos analizados consistieron en documentos internos de la escuela, 12 entrevistas semiestructuradas (a los 3 miembros del equipo directivo, a los 3 profesores jefe de los cursos con mayor matrícula de extranjeros, a las 3 profesoras del equipo de integración (PIE) con mayor antigüedad en la organización, a 3 inspectores y, finalmente, un grupo focal con seis apoderadas/os de origen extranjero (3 de Venezuela, 2 de Haití y una de Ecuador) que tuvieran 3 o más años de permanencia en la escuela. La recolección y análisis de la información se hizo en base a tres dimensiones de la inclusión educativa: acceso, participación y resultados (UNESCO, 2015). El acceso se refiere a la entrada al sistema escolar, la participación se centra en el proceso educativo y los resultados, son aquellos de tipo académico y valórico.

El primer resultado muestra cómo desde el liderazgo se propiciaron condiciones para el ingreso de estudiantes migrantes al establecimiento. El equipo directivo hizo notar que el protocolo de postulación era el mismo para todos los alumnos, lo que fue ratificado por apoderados. En concreto, una apoderada menciona cómo otros colegios les habían “cerrado la puerta”, a diferencia de este. Sin embargo, sí es posible evidenciar tensiones entre las percepciones de directivos y docentes en distintos temas: en cuanto a la flexibilidad curricular, mientras el equipo directivo reporta que existe una adaptación de las evaluaciones de los estudiantes migrantes, tanto docentes como el equipo PIE señalan que no hay planes o protocolos con este fin. También existe una opinión similar por parte de profesores/as e inspectores sobre las estrategias para fortalecer la adaptación socioemocional: indican que no existe una planificación, y que cada profesor realiza esfuerzos individuales. Los directivos, en cambio, mencionan que hay adaptaciones, y que el departamento de convivencia está disponible para las y los estudiantes migrantes que tengan dificultades. Finalmente, si bien hay acuerdo entre los estamentos en que las relaciones en la escuela son positivas, los docentes reportan la existencia de conductas de rechazo a algunos estudiantes migrantes - particularmente haitianos - tanto de parte de profesores como de otros estudiantes. Ningún miembro del equipo directivo da cuenta de estas situaciones.

Un segundo resultado refiere a la identificación de prácticas que constituyen barreras para la inclusión. También en esta área existen percepciones diferentes, pues los docentes entrevistados reportan poca disposición de parte de profesores e inspectores para atender a estudiantes y apoderados migrantes. Los apoderados, por su parte, demandan la necesidad de actividades que promuevan la aceptación de las diferentes culturas. La barrera quizás más evidente es la del idioma, en el caso de los estudiantes haitianos, que es manifestada por todos los grupos. El equipo directivo señaló dos medidas al respecto: por un lado, la solicitud de apoyo a estudiantes de dicha nacionalidad con más conocimiento del español, para que mediaran la comunicación con estudiantes y apoderados con más dificultades; y por otro, la contratación de un traductor profesional, aunque no se contaba con este de forma permanente, dada la alta demanda de otras escuelas. Por su parte, los docentes otra vez dan cuenta de una escasez de medidas consistentes.

El tercer resultado resalta los esfuerzos del liderazgo para promover y hacer seguimiento a los procesos de inclusión. Los datos mostraron que en la escuela existían escasas medidas de monitoreo para los estudiantes migrantes. Por ejemplo, en el caso del seguimiento de los resultados académicos, docentes reportaron que esta se trataba de una tarea realizada individualmente por cada profesor con el apoyo de profesionales PIE, sin directrices desde la dirección, y sin un énfasis específico en los estudiantes extranjeros. Donde sí se ve algo más de avance es en la implementación de estrategias para movilizar la participación de las familias: en esta línea la escuela implementaba reuniones de apoderados y un evento gastronómico-cultural denominado “Encuentro de dos mundos”. En opinión de los docentes, estas acciones eran limitadas y esporádicas. Por el contrario, apoderados agradecían el esfuerzo del equipo directivo por promover la integración en la organización.

El último resultado hace alusión a las necesidades de apoyo de los estudiantes migrantes, tal como son percibidas por los distintos grupos entrevistados. Destaca en este apartado la opinión de dos grupos: de las y los apoderados, quienes manifiestan la necesidad de promover la comunicación y la aceptación de la diversidad en la comunidad educativa, y de los directivos, quienes observan la importancia de instaurar procesos de seguimiento de sus estudiantes migrantes, con el fin de dar respuestas pertinentes a sus necesidades.

El estudio finalmente releva tres reflexiones: en primer lugar, si bien el equipo directivo facilitó el ingreso de estudiantes migrantes, se hizo evidente la falta de protocolos y/o lineamientos claros que promovieran su inclusión, acompañamiento y monitoreo sistemático. Por otro lado, también fue notoria la falta de comunicación entre directivos y docentes: las y los profesores poseían una clara percepción de las dificultades enfrentadas por el grupo de estudiantes - problemas que en ocasiones el equipo de liderazgo desconocía -, pero a la vez, no sabían de algunas medidas y avances reportados por el equipo directivo. En tercer lugar, se confirma la necesidad de fortalecer la inclusión del grupo de estudiantes extranjeros, a través de actividades explícitamente diseñadas con este fin, y de un monitoreo que permita detectar cuáles son sus necesidades.

 

Texto editado por Claudia Llorente y Paulo Volante a partir de:

Gómez, S. & Sepúlveda, R. (2022). Inclusión de estudiantes migrantes en una escuela chilena: desafíos para las prácticas del liderazgo escolar. Psicoperspectivas, 21(1), 51-60.