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Gestión sutil en las organizaciones escolares

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El profesor Maximiliano Hurtado, docente del Programa Avanzando en Dirección y Liderazgo Escolar y actualmente director académico de Clase Ejecutiva UC, postula que la gestión de personas es un elemento importante en las organizaciones, “y en particular en el caso de las organizaciones educativas es especialmente clave”.

En la teoría clásica de la gestión de personas, hay tres elementos clave: primero, que esté alineada con los objetivos estratégicos de la organización. Segundo, que puede entenderse como un sistema, con procesos y actividades definidas, y tercero, que estos procesos y actividades están estrechamente relacionadas entre sí. La pregunta que sigue es qué se entiende por sistema en la gestión de personas. Se pueden distinguir cinco procesos claves en esta área: provisión, aplicación, seguimiento, desarrollo y control y seguimiento.

La provisión refiere a los procesos que justamente se enfocan de proveer de personal a la organización escolar. La aplicación, a qué es lo que hacen las personas en la organización: mientras más clara sea la descripción de sus tareas, las personas sabrán de manera más o menos exacta qué es lo que tienen que realizar, y a su vez, se conocerá de mejora manera si lo están realizando de manera correcta. Los procesos de mantenimiento aluden a aquellas acciones que son las que logran que la persona se queden en un determinado trabajo: el ambiente laboral, un sueldo acorde a sus labores, tareas que sean desafiantes, etc. El siguiente proceso es el desarrollo, es decir qué es lo que se va a hacer para que las personas “crezcan” en la organización, en un sentido que esté alineado tanto con los fines y propósitos de la escuela, como también con las tareas que estén asignadas a esa persona. No sirve capacitar solo por cumplir, o con intuiciones vagas de lo que podría funcionar, sino que se buscan focos claros en los cuales intervenir: se analizan las necesidades de la organización, teniendo como base aquello que previamente se declaro como un objetivo o meta. Finalmente, todos estos procesos necesariamente tienen que tener un seguimiento, es decir, revisar que se implementen correctamente, cumpliendo con los estándares de calidad estipulados con anterioridad.

Estos procesos son transversales a las organizaciones, y también suceden en las de tipo educacional o más específicamente, escolar. Cuando se mira a los sistemas y escuelas más exitosas del mundo, existen elementos que son transversales a ellos, que suceden de manera constante, y que pueden relacionarse directamente con algunos de los procesos de gestión de personas antes mencionados. Específicamente, los procesos que parecen dar más resultados a nivel organizacional son tres: conseguir las personas más aptas, desarrollarlas hasta que se conviertan en instructores eficientes e implementar sistemas y mecanismos de apoyo específicos para garantizar que todos los niños sean capaces de obtener los beneficios de una instrucción de excelencia.

En el desarrollo de las personas, se puede hablar de procesos formales y sutiles. Los formales refieren a procesos de la como la definición de estándares de desempeño, la ejecución de capacitaciones, etc. Por otro lado, la gestión sutil refiere a la relación que construye la organización con las personas que la conforman. Es decir, apela a elementos complejos, como las emociones y las relaciones interpersonales. Se incluyen elementos como la confianza, el compromiso, el reconocimiento, las oportunidades de participación y la motivación. Son elementos que no necesariamente se ven de manera tan manifiesta, pero que sin duda tienen un gran impacto en las prácticas de la organización.

En la gestión sutil los líderes tienen una tarea clave. Ellos influyen ampliamente no solo en lo formal, sino también en todos aquellos elementos que conforman la actividad diaria de la organización. Por ejemplo, es clave que exista confianza entre los líderes y sus profesores. Se dice que los líderes confían en sus profesores cuando estos cumplen con los objetivos de la organización y se alinean con esta. Los profesores, por su parte, confían en sus líderes cuando estos se muestran consistentes, honestos y claros al momento de manifestar necesidades o preocupaciones. El compromiso de los profesores se logra cuando existe un sentido claro en las actividades de la escuela: se sabe por qué se realizan las cosas, para qué y para quiénes. Estos mismos elementos facilitan la motivación, junto con el establecimiento de tareas desafiantes, pero que a su vez sean alcanzables.

El reconocimiento es otro elemento importante en la gestión sutil. No necesariamente implica recompensas monetarias, sino más bien felicitar el trabajo bien hecho y el cumplimiento de objetivos. Muchas veces las organizaciones tienden a sobre-destacar los elementos negativos, normalizando los éxitos. La invitación es también a felicitar y visibilizar en la comunidad aquellos logros que se vayan produciendo. Y por último, un factor clave es que las personas, los profesores, sientan que tienen la posibilidad de desarrollarse en la organización. Más allá del asistir o no a una capacitación, que tengan la posibilidad de crecer en su trabajo y perfeccionarse en lo que hacen.

En general, solemos hablar de la gestión escolar en sus aspectos más formales –metas, resultados, procesos- pero sin embargo, estos factores sutiles afectan también en gran medida el rendimiento de una organización, en el establecimiento de un clima que sea propicio no solo para el trabajo en términos generales, sino también para la enseñanza y el aprendizaje, tanto de los profesores como de los estudiantes. El líderes escolar, entonces, también es una persona que genera compromiso, que motiva, que acompaña a su equipo y a los profesores en el desarrollo de las competencias determinadas como clave, pero que a la vez asegura que se estén cumpliendo los criterios de calidad, y visibilizando cada vez que estos se logran.