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Liderar, colaborar y mejorar con foco en la enseñanza y el aprendizaje

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Los temas revisados durante la última edición de las Jornadas Interamericanas de Dirección y Liderazgo Escolar se centraron en algunos de los nudos críticos de discusión sobre investigación y experiencia relacionada con la influencia del liderazgo en la mejora de la calidad educativa, específicamente respecto a las prácticas de enseñanza, la experiencia y resultados de aprendizaje.

En este sentido, las Jornadas fueron una oportunidad para conectar la investigación y evidencia local con referentes internacionales consolidados en el área del liderazgo escolar. Por ejemplo, desde el National Institute of Education de Singapur, el profesor David NG Foo Seong planteó el desafío de adecuar nuestras metodologías de investigación a las demandas y condiciones actuales del sistema, a las proyecciones globales para la formación de líderes y a los procesos de mejora al interior de los establecimientos escolares. Su propuesta, como ya revisamos en una edición anterior del boletín, declara que los métodos conocidos de investigación no son capaces de dar cuenta de la realidad de los sistemas educativos actuales y en ese sentido, uno de los desafíos es cómo poder enfrentar y analizar situaciones en que los resultados futuros son desconocidos. Por ejemplo, el escenario que la educación pública chilena está viviendo actualmente, donde la política, las estructuras, los recursos y las zonas territoriales de administración están en proceso de transformación, puede interpretarse como de gran expectativa para los líderes escolares, pero a la vez de incertidumbre: ¿cómo podría ser investigado? ¿cómo predecir qué eventuales dificultades existirán en la gestión y cómo responder a la percepción de incertidumbre que directores y profesores podrían experimentar en la fase de implementación? El profesor David Ng Foo Seong planteó la necesidad de trabajar bajo una nueva lógica de investigación basada en la complejidad, que incorpore la emergencia, es decir que sea sensible a los procesos de generación de nueva información y de toma de decisiones mientras estas estén ocurriendo. Para ello, el investigador recurrió a enfoques que normalmente se considerarían alejados del ámbito de la educación, como la teoría del caos, la cibernética y los análisis del aprendizaje holístico. Todos ellos permiten lograr una visión integrada de las situaciones e interacciones, comprendiendo patrones y estructuras emergentes, relaciones que son interconectadas y no necesariamente lineales, la naturaleza continua del cambio y concepciones alternativas de la causalidad, entre otros. Bajo este marco, su propuesta es también que los procesos de formación de líderes y directores escolares no se limiten a una entregar contenido en áreas tradicionales como la planificación estratégica, los recursos humanos, o incluso el liderazgo académico y curricular, sino más bien que propongan a los directores y directivos en formación la posibilidad de practicar y tomar decisiones de manera situada. De este modo, los programas recogen las experiencias particulares y locales de los participantes.

En línea con esa tendencia, el profesor Michael Johanek de la Graduate School of Education de la Universidad de Pensilvania en conjunto con un equipo de investigación local, se encuentra desarrollando un proyecto de simulaciones para la formación en liderazgo escolar con foco en la influencia instruccional. Estas tienen como objetivo central permitir a los directores y líderes escolares ejercitar la reflexión, el análisis y la toma de decisiones frente a situaciones concretas, en las cuales el protagonista no tiene completo control de los cursos de acción de los involucrados. De este modo, los participantes deben resolver situaciones de conflicto en las que emergen distintas variables y escenarios, no existiendo respuestas correctas únicas, sino más bien dimensiones con distintos niveles de desarrollo. En esta lógica, tanto el profesor Foo como el profesor Johanek coinciden en la necesidad de ejercitar el conocimiento práctico y situado y de abrir los programas a la experiencia del participante. Complementariamente a estos razonamientos, el profesor Robert Sternberg, con aportes desde la psicología, propuso la necesidad de desarrollar la creatividad en la educación. Aplicado al liderazgo, puede entenderse como estimular a los líderes y directivos a desarrollar formas alternativas de comprensión de la información, más allá de los análisis lógicos deductivos que conocemos, a enfrentar situaciones con representaciones holísticas que impliquen comprender no solo los procesos basados en datos, sino que en la comprensión del significado que las personas tienen frente a un problema. Una persona creativa tiene múltiples canales de percepción, elabora información a través de distintas estrategias de pensamiento y representa y comunica las decisiones de manera motivante y creativa.

 

Este escenario de incertidumbre, este conocer y profundizar en los procesos de implementación y cambio a nivel de curriculum, de infraestructura y de política institucional también fue descrito y graficado por el profesor Giorgio Ostinelli, quien a partir de su experiencia actual en el cantón suizo de Ticino, mostró el proceso que él ha denominado “la reforma educacional que vendrá”. El académico ilustró cómo las decisiones de índole político e institucional se concretan en procesos de transformación dentro de las salas de clases, modificando las prácticas y la relación entre profesores y estudiantes. De este modo, se invita a los líderes escolares a tener una alta sensibilidad por los espacios y oportunidades de aprendizaje y por las formas diversas de enseñanza, favoreciendo canales alternativos de aprendizaje, lo que también exige versatilidad para adaptarse a escenarios complejos. Las múltiples reformas de la reforma educacional que menciona Giorgio Ostinelli movilizan a modificar y mejorar la práctica de enseñanza, lo cual se realiza en un contexto positivo. En nuestro contexto, la lectura de las tendencias globales de liderazgo escolar fue puesta en diálogo con el panel que protagonizaron el profesor Luis Ahumada, parte del comité directivo del Centro de Líderes Educativos, y el profesor José Weinstein, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (CEDLE) y el profesor Paulo Volante del Programa Avanzado en Dirección y Liderazgo Escolar de la UC, quienes expusieron evidencia local que permitió posicionar la voz de los directores, y acercarnos a la forma en que estos entienden los procesos de cambio y mejora; nos permitió entender los procesos formación e inserción de líderes novatos en el contexto escolar, y poder mirar en detalle las características de las prácticas de observación y retroalimentación.

Ejemplos como este panel muestran cómo la investigación local parece estar alineada con la investigación global, pero al mismo tiempo reflejar preguntas y condiciones específicas de la realidad nacional. El planteamiento de las VI Jornadas Interamericanas en Dirección y Liderazgo Escolar refuerza la propuesta de que un buen liderazgo establece procesos de colaboración entre pares, formal e informalmente, genera condiciones para el cambio y produce efectos en la mejora en la enseñanza y el aprendizaje, no solo a través de indicadores formales y de estándares, como son las pruebas de admisión universitaria, sino también a través de prácticas sustantivas de enseñanza y didáctica y la experiencia y la cotidianeidad de los estudiantes. Finalmente, una conclusión clave de este encuentro fue la necesidad de apoyar a directivos escolares en la gestión de ambientes de desarrollo y aprendizaje profesional, tal como planteó la Decana de Graduate School of Education, de la Universidad de Pensilvania, Pam Grossman.