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Claves de la formación de líderes en países de alto desempeño

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En la edición nº75 del Boletín de Liderazgo Escolar revisaremos las reflexiones de Allan Walker, Darren Bryant y Moosung Lee en torno a programas de formación para directores escolares en países con alto desempeño en pruebas internacionales. El profesor Allan Walker, investigador con amplia experiencia en el área del liderazgo escolar, es Director del Asia Pacific Centre for Leadership and Change de The Education University of Hong Kong, y será uno de los invitados internacionales a las VII Jornadas Interamericanas en Dirección y Liderazgo Escolar, a realizarse entre los días 8 y 10 de enero de 2018.

Existe acuerdo general en torno a la importancia de la preparación de líderes escolares. La investigación ha mostrado apoyo a la necesidad de formar directores que puedan enfrentar los desafíos de propios del cargo, y por otro lado, se han documentado algunas características centrales que deberían ser implementadas en los programas de desarrollo profesional. Por ello, el profesor Allan Walker y su equipo analizaron cinco programas de formación para directores escolares de Asia, América del Norte y Australia, enfocándose en responder a la pregunta por las semejanzas y diferencias entre ellos. Los focos de análisis fueron tres: los marcos conceptuales en los cuales estaban basados, las áreas de contenido abordadas en la formación y cómo se operacionalizaron.

Allan david walker

En los últimos años, la complejidad del trabajo de los directores escolares ha aumentado. En este contexto, la preparación de líderes efectivos en sus contextos se ha constituido en una prioridad en las agendas de diferentes sistemas educativos, al tiempo que se ha convertido en una importante fuente de investigación. Por ejemplo, uno de estos trabajos es el de Darling-Hammond et al. (2010), quienes luego de estudiar ocho programas de formación de directores en Estados Unidos, encontraron algunas características comunes, a pesar de los diferentes enfoques que pudiesen tener. Todos ellos mostraban:

    • un curriculum coherente y alineado con estándares estatales o profesionales
    • énfasis en liderazgo instruccional y mejora escolar
    • uso de estrategias de aprendizaje activas y centradas en los estudiantes
    • docentes que incluyeran profesionales e investigadores expertos en sus campos
    • instancias diversas de apoyo, tales como sistemas de mentoría
    • pasantías supervisadas o vínculo con escuelas.

Consistente con lo anterior, el profesor Allan Walker y su equipo muestran cómo la literatura da cuenta de una alta convergencia en cuanto a las temáticas abordadas en los programas de formación. Por ejemplo, estudios previos mostraron cómo algunos de los ejes conceptuales se centraron en el aspecto organizacional, transformacional e instruccional del liderazgo. Otro hallazgo previo fue la alta prevalencia de proyectos orientados a la acción, que permitían la aplicación de contenidos en la vida real. En los últimos diez años, parece haber existido un giro desde la formación universitaria tradicional con énfasis en el trabajo en sala de clases, hacia la integración de aprendizajes a través de la práctica en contexto.

Más allá de las convergencias a nivel general en los programas de formación de directores, los autores pusieron foco en cinco programas en específico, pertenecientes a cinco países o regiones: Australia, Canadá, Hong Kong, Singapur y Estados Unidos. Se escogieron estas zonas por tener alto desempeño en la prueba PISA (dentro de los 10 primeros lugares). Si bien esta medición no da cuenta directamente de programas de alta calidad para el desarrollo de líderes, sí es una referencia de resultados a nivel mundial, siendo seguida de cerca por investigadores y por entidades gubernamentales.

Los programas estudiados fueron seleccionados para mostrar aspectos comunes en formación de alta calidad, cuyo objetivo es desarrollar conocimiento y habilidades clave en aspirantes al cargo de director escolar. Cada uno de los programas, además, condujo a algún tipo de acreditación profesional para los participantes. Los programas seleccionados fueron:

Canadá (Ontario): se analizó el programa denominado Principals Qualification Programme (PQP). Este está regulado por el Ontario College o Teachers (OCT), quienes establecen expectativas, contenidos y logros esperados. El OCT además delimita qué instituciones impartirán el programa de formación. El programa seleccionado, además de entregar formación básica para aspirantes a directores, incluye otros aspectos como mentoría y valoración del desempeño. El programa no constituye un grado académico.

Australia (Victoria): el estado de Victoria ha centrado sus esfuerzos de mejora educativa en el desarrollo del liderazgo. Las iniciativas creadas se basan en el trabajo de Sergiovanni, con foco en los dominios técnico, humano, educacional, simbólico y cultural En este marco, se desarrolló un programa denominado Master of School Leadership (MSL).

Singapur: una de las políticas desarrolladas en esta nación fue la de “Enseñar menos, aprender más”. En este marco, se redefinió el rol de los líderes escolares, enfatizando el desarrollo de líderes creativos, transformacionales e instruccionales, capaces de crear e implementar programas innovadores para estudiantes diversos. Para lograr esto, existe una vía de desarrollo obligatoria para los directores, denominada Leaders in Education Programme (LEP), cuyo marco conceptual está adaptado desde modelos internacionales. Se enfoca en promover la creatividad, la innovación, la diversidad y el liderazgo distribuido.

Hong Kong: existe el denominado Certification for Principalshift como requisito de entrada al cargo de director, impartido a través de diferentes instituciones. El marco conceptual subyacente incluye cuatro dominios centrales: Liderazgo estratégico, instruccional, organizacional y comunitario. Por su parte, el programa aborda seis áreas: dirección estratégica y políticas; aprendizaje, enseñanza y curriculum: crecimiento y desarrollo profesional de los profesores; administración del staff y de los recursos; aseguramieno de la calidad y accountability, comunicación externa; conexión con el mundo exterior.

Estados Unidos (Nueva York): las recientes reformas relevaron el rol de liderazgo, empoderamiento y accountability como pilares centrales. En este contexto, surgió el Aspiring Leaders Programme (APP), basado en estándares nacionales, estatales y de la ciudad. Se pone foco en 12 dimensiones: conducta persona, resiliencia, comunicación, foco en el desempeño estudiantil, resolución situacional de problemas, aprendizaje, accountability, supervisión, desarrollo del liderazgo, clima y cultura, gestión del tiempo, tareas y proyectos; tecnología.

Basado en estos programas, los autores detectaron focos comunes y diferencias basándose en diferentes criterios:

    • Marco conceptual: está fuertemente orientado por las políticas gubernamentales (a nivel central o local). En todos los casos se vio un uso de marcos teóricos de referencia internacionales, pero adaptados a las necesidades locales. Las diferencias se notaron en cuál(es) fueron los autores principales utilizados para dar forma a los contenidos: por ejemplo, Hong Kong y Estados Unidos utilizaron una síntesis de literatura o de estándares, mientras que Ontario se basa en la síntesis realizada por Kenneth Leithwood.
    • Contenido y focos: en cuanto a contenido, se visualizan dos tendencias: contenido determinado hasta cierto punto por competencias definidas a nivel central (Ontario, Victoria y Hong Kong) o un marco desarrollado por las instituciones que imparten los programas, quienes acuden a fuentes diversas (Singapur y Nueva York). En cuanto a los focos, es posible ver cómo se reflejan las prioridades de cada una de las sociedades: por ejemplo en Canadá, sociedad multicultural y bilingüe, hay un marcado énfasis en la inclusión y diversidad. Singapur, en cambio, pone el foco en la creación de conocimiento, innovación y formación de redes. Para ello, se espera que los directores en formación diseñen soluciones innovadoras a problemas comunes de su práctica.
    • Factores operacionales: uno de los aspectos destacados en los distintos países fue la incorporación de profesionales desde el sistema escolar como parte del staff docente de los programas, por ejemplo en roles de mentoría, otorgando feedback o realizando evaluación a los directores en formación. Los profesionales son vistos como personas creíbles y la práctica permite contextualizar los contenidos a las necesidades locales. Otro factor destacado, realizado en algunos programas de formación fue la denominada “colaboración tripartita” entre el gobierno, institución que imparte el programa y escuelas. Con respecto a la certificación de los programas, no todos son conducentes a un grado profesional, pero sí son reconocidos como créditos válidos o conducentes a la obtención de una licencia. Finalmente, en todos los casos analizados los participantes debían pasar por un riguroso proceso de selección.

Como conclusión, los autores centran su atención en aquellos aspectos que caracterizan a los programas de formación de directores en sistemas educacionales de alto desempeño: en primer lugar, todos se basan en un marco de liderazgo. En segundo lugar, si bien se trataba de programas de formación de directores, muchos no solo recibían a aquellos postulantes interesados en comenzar con el cargo de inmediato: también estaban abiertos a aceptar a postulantes altamente calificados que hubiesen optado, por ejemplo, por posiciones de liderazgo intermedio, o que se mantuvieran como docentes de aula. Esto servía como una forma de enriquecer experiencias en la sala de clases y como una forma de motivar a profesores a adoptar posiciones de liderazgo. En tercer lugar, los autores hacen hincapié en los procesos de selección a los participantes: pueden ser rigurosos o más abiertos, pero el aspecto clave es que sea funcional a las necesidades particulares del contexto. Finalmente, se pone en relevo la tendencia global de incluir profesionales desde la escuelas en roles de mentoría y docencia dentro de los programas. En los últimos años, se ha visto un incremento de la participación de profesionales por sobre académicos en la formación de líderes escolares, mostrando resultados positivos en cuanto a la relevancia y a la credibilidad, pero sin embargo es necesario investigar más en detalle las implicancias que esto podría tener.

Texto traducido y editado por Claudia Llorente y Paulo Volante desde:

Walker, A., Bryant, D., & Lee, M. (2013). International patterns in principal preparation: Commonalities and variations in pre-service programmes. Educational Management Administration & Leadership, 41(4), 405-434.