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Modelos de desarrollo profesional para líderes escolares

La formación y desarrollo profesional de los directores y directivos escolares es una de las tendencias en la investigación sobre liderazgo escolar. En pasadas ediciones del boletín ya se han abordado temas como las tendencias en formación en países con alto desempeño educativo, las claves de prácticas como el coaching y de modelos que se están implementando actualmente, como la investigación profesional. En esta ocasión revisaremos, a partir de la investigación de Stephan Huber, distintos modelos de desarrollo profesional para líderes escolares.

Snapshot Prof. Huber Stephan Gerhard

Sabemos que el trabajo de los líderes escolares es uno de los elementos centrales al momento de potenciar la calidad de las escuelas. Por esta razón, existe acuerdo sobre la necesidad de “profesionalizar” a los líderes de las organizaciones educativas, entregándoles más herramientas para ejercer su rol. El desarrollo profesional, en ese sentido, cumple el rol de capacitar a aspirantes a cargos de liderazgo o a quienes ya los están ejerciendo. Existen numerosos enfoques y prácticas que buscan dar respuesta a las necesidades tanto de los líderes como de los sistemas escolares en que ejercen su labor. Luego de investigar la literatura, revisar el panorama sobre la formación de líderes en distintos países y de consultar a expertos en el área, el profesor Huber desarrolló un modelo teórico que integra las principales aproximaciones al aprendizaje en el contexto del desarrollo profesional continuo, que se muestra en la figura más abajo

De acuerdo a la literatura en el tema, las formas teóricas y cognitivas de aprendizaje (como lecturas y formas de auto estudio) aún son las que prevalecen, siendo la fuente primaria de información y frecuentemente dando estructura a los programas. Sin embargo, existen algunos enfoques alternativos tales como las aproximaciones cooperativas o aquellas orientadas a procesos (por ejemplo, basados en trabajos grupales y en la creación de proyectos), los cuales permiten desarrollar un entendimiento situacional, además de destrezas y habilidades para poner en práctica los conocimientos que se han adquirido. Finalmente, existen métodos reflexivos, como por ejemplo la auto-evaluación y la retroalimentación, como también las experiencias de mentoría y coaching. Cada vez los programas de formación parecen hacer más uso de estas estrategias de manera combinada, integrando los aspectos clave de cada una de ellas, lo que permite dar respuesta a las demandas tanto de los sistemas escolares como de los mismos líderes aspirantes o en formación.

 

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Figura: Aproximaciones al aprendizaje en programas de desarrollo profesional (Huber, 2009)

 

Los cursos (módulos de trabajo teórico) son el modelo de aprendizaje más utilizado a nivel de desarrollo profesional de líderes escolares. Tal como se mencionó anteriormente, sirven como una forma de estructurar y dar un sentido claro a la progresión en el aprendizaje. Es posible observar que aún existen modelos de formación basados únicamente en cursos, aunque la tendencia global apunta hacia la incorporación de actividades centradas en la acción, propiciando modelos mixtos. Frecuentemente, los cursos son complementados con formas de autoestudio, que permiten a los participantes explorar, preparar y reforzar los contenidos de manera autónoma. Cada vez es más usual que el autoestudio sea realizado en entornos virtuales, propiciando programas de formación bajo el formato denominado blended, es decir que integra sesiones presenciales con trabajo en línea. En los modelos de formación mixtos, los cursos y el autoestudio se entienden como un “punto de partida” para el aprendizaje, que luego será complementado con actividades más orientadas a la práctica.

Las denominadas experiencias concretas se materializan en iniciativas como el trabajo en proyectos individuales y grupales, en las observaciones de clases, la realización de shadowing (visitas de observación focalizadas a directores y directivos) y la mentoría. Todas ellas deberían entregar a los participantes oportunidades para trabajar en problemas complejos de la práctica, permitiendo explorar y simular la labor de los líderes escolares. A la vez, les permite enfrentarse a los desafíos de esta en un entorno seguro, guiado y obteniendo retroalimentación de acuerdo al desempeño. Entre las denominadas experiencias concretas cada vez es más frecuente encontrar experiencias de trabajo en entornos virtuales. Un ejemplo de esto es la labor realizada con simulaciones virtuales en el proyecto Fondecyt Regular nº1161605, que permiten ensayar la toma de decisiones en escenarios complejos.

Las experiencias de intercambio entre pares, como las comunidades de aprendizaje y redes de aprendizaje profesional, cada vez se están volviendo más populares en el contexto de los programas de desarrollo profesional. Son una oportunidad de aprendizaje situada que permite reflexionar sobre la propia práctica y discutir en torno a lo que significa la buena enseñanza y cómo es posible implementarla en las organizaciones educativas. Como consecuencia de la participación en instancias de intercambio profesional, los participantes reportan que se “amplía su comprensión”, a la vez que incorporan diferentes patrones de comportamiento.

Por último, la evaluación y retroalimentación de los participantes en un programa de formación puede servir como punto de partida para conocer cuáles son sus necesidades y entregarles un feedback en relación a sus competencias del momento. Si bien son instrumentos poco utilizados en el marco de programas formales de formación, se trata de herramientas que potencian la reflexión de los líderes sobre sus propias fortalezas y debilidades en diferentes áreas relacionadas con el liderazgo escolar. Herramientas como el CPSM (Competence Profile School Management), diseñada por el profesor Stephan Huber, entregan la oportunidad de visualizar las propias habilidades y autopercepciones en relación a otras los resultados obtenidos por otras personas. El propósito central de esta herramienta es “analizar el potencial de los individuos para tomar roles de liderazgo”. En ese sentido, puede servir como orientación para profesores interesados en asumir cargos o como una herramienta que facilite la reflexión de líderes en servicio.

Texto editado por Claudia Llorente y Paulo Volante en base a:

Huber, S. G. (2013). Multiple learning approaches in the professional development of school leaders–Theoretical perspectives and empirical findings on self-assessment and feedback. Educational Management Administration & Leadership, 41(4), 527-540.