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Programa Avanzado en Dirección y Liderazgo Escolar

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Experiencia de aprendizaje colectivo con simulaciones

La formación de líderes y directivos escolares es un tema que ha ido ganando importancia y complejidad en el último tiempo, sobre todo ante la evidencia su impacto, tanto a nivel de la trayectoria profesional como de resultados en la enseñanza y aprendizaje de los estudiantes. Tal como revisamos en la edición anterior del Boletín de Liderazgo Escolar, uno de los enfoques destacados en la formación profesional tiene que ver con la reflexión: los líderes escolares tienen la posibilidad de observar su propia práctica, analizando sus decisiones ante problemas cotidianos o complejos situados en el contexto escolar. Por otro lado, también se destacan las “experiencias concretas” donde se entrega a los participantes la oportunidad de “ensayar” soluciones a problemas complejos de la práctica, permitiendo explorar la labor de los líderes escolares.

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Dentro de las experiencias concretas destacan iniciativas como las simulaciones, oportunidades de aprendizaje que intentan replicar situaciones cotidianas de los líderes escolares, permitiendo a sus participantes ejercitar la toma de decisiones en contextos en los que es necesario evaluar múltiples factores. El equipo del Programa Avanzado en Liderazgo Escolar, a través del proyecto FONDECYT Regular nº1161605, realizó seis simulaciones virtuales que fueron aplicadas a lo largo del año 2017 a líderes educativos actuales o en formación, quienes recibieron retroalimentación en tiempo real sobre su desempeño. Se ha demostrado que las simulaciones son en sí mismas una herramienta de aprendizaje poderosa, y además los usuarios valoran positivamente la experiencia de uso y los aprendizajes adquiridos. Sin embargo, una de las inquietudes que surgieron es cómo potenciar y obtener el máximo provecho de estos aprendizajes adquiridos
y qué experiencias de aprendizaje profesional podrían optimizar el uso de simulaciones.

En este contexto, Bernardita Urzúa, participante del programa de Magíster en Dirección y Liderazgo Escolar, quien se encuentra realizando su proyecto final en el marco del proyecto FONDECYT Regular nº1161605, tuvo como propósito “detectar oportunidades de aprendizaje profesional adicionales a la experiencia con las simulaciones, que estuvieran directamente asociadas a las habilidades directivas de los participantes”. Para ello, buscó diseñar una experiencia de aprendizaje profesional colectiva realizada través de un diálogo constructivo entre pares, es decir una reflexión colectiva. El fin de esta experiencia es que se produjeran cambios cognitivos o de los modelos mentales que están a la base de la toma de decisiones de los directivos escolares. La metodología de trabajo utilizada por Bernardita fue la investigación basada en el diseño (design-based research).

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Es válido preguntarse por qué utilizar la reflexión: de acuerdo a la teoría, durante la práctica reflexiva se produce una intersección entre la práctica, la teoría y la imaginación. El practicante revisa qué vías de mejora pueden ser tomadas, maximizadas y sostenidas, analizando el cómo y el por qué. De este modo, la reflexión permite definir y resolver problemas, integrando perspectivas y generando teorías. La reflexión colectiva, por su parte, utiliza la discusión y el diálogo como herramientas centrales, mediante el contraste de puntos de vista: el diálogo entre pares permite explorar asuntos complejos, mientras que la discusión permite argumentar en búsqueda del mejor punto de vista para llegar a una decisión final. De este modo, la reflexión colectiva en las escuelas se convierte en una herramienta clave al momento de articular procesos de mejora, permitiendo explorar, analizar y contrastar distintas opciones que lleven a una solución final.

El objetivo central de Bernardita fue diseñar, implementar y evaluar una experiencia de aprendizaje profesional colectiva basada en el uso de simulaciones con directores escolares chilenos. Para ello, trabajó con grupos de directivos, quienes en primer lugar completaron una de las 6 simulaciones mencionadas previamente. Inmediatamente después de realizar el ejercicio de simulación, los participantes fueron invitados a un grupo de discusión, donde se dialogó en base a preguntas dirigidas por una facilitadora. En total se trabajó con cuatro grupos de directivos, cada uno con distintos participantes. Entre la ejecución de cada uno de los grupos de reflexión se fueron realizando iteraciones en el contenido de las preguntas, las cuales se modificaron con el fin de profundizar más en los temas que emergían. El análisis de las respuestas de los participantes permitió constatar que:

      1. Los participantes necesitaban comentar la situación central de la simulación antes de profundizar en sus propias ideas o esquemas mentales a la base de la toma de decisiones.
      2. Los participantes respondieron más ampliamente a preguntas proyectivas, del tipo “¿qué haría usted en esta situación?
      3. Los participantes rápidamente establecieron conexiones entre la situación central de la simulación y sus propias experiencias.

Esto permitió llegar a un prototipo final de experiencia de aprendizaje compuesto por tres momentos:

      1. Momento de trabajo individual con la simulación;

      2. Momento de reflexión individual y discusión en grupos pequeños
      3. Discusión ampliada.

Este prototipo buscó ayudar a los participantes a transitar desde la experiencia individual y los significados propios hacia una experiencia progresivamente más colectiva y reflexiva sobre el ejercicio realizado en las simulaciones. De este modo, se esperaba que explicitaran las fuentes utilizadas para tomar decisiones y que estas pudiesen ser discutidas y reconvertidas en significados compartidos. Dentro de este modelo destaca el rol del mediador, quien busca que los participantes del grupo expliquen los conceptos, modelos mentales, creencias, evidencias y experiencias que están en la base de sus decisiones, provocando un ejercicio metacognitivo. Además, asegura que se genere una conversación rica en variedad y profundidad de conceptos y que a la vez exista un progreso entre las ideas conversadas.

El proceso realizado lleva a concluir que efectivamente el ejercicio de las simulaciones se ve enriquecido por el intercambio entre pares mediante el uso de estrategias de reflexión colectiva. En esta práctica es de gran importancia el rol del mediador, quien detecta los temas claves e invita a profundizar en la discusión. Si bien es posible detectar que se alcanzan niveles de profundidad en la conversación de los grupos, un posible próximo paso de la investigación es verificar si existen aprendizajes profesionales, es decir que son aplicados en la práctica de cada individuo. Para ello, es importante verificar si es que hay cambios en los modelos mentales previos de los participantes, o si es que las ideas discutidas en el grupo de reflexión colectiva logran trascender al momento de su intercambio.