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Lenguaje del hogar y habilidades de lenguaje escolar: impacto en la comprensión lectora

A propósito de los reiterados diagnósticos sobre el bajo rendimiento lector en las escuelas chilenas, y la aparente falta de evidencia sobre qué variables y prácticas de enseñanza impactarían los logros de aprendizaje, la investigación de las profesoras Alejandra Meneses, de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Chile y Paola Uccelli, de Harvard Graduate School of Education, tiene como objeto estudiar la relación entre lenguaje, comprensión de lectura y nivel socio-económico. Especialmente interesante es el análisis realizado sobre una muestra que representa a estudiantes bilingües y monolingües de Estados Unidos.

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Múltiples estudios han documentado que los estudiantes provenientes de contextos socio-económicos vulnerables tienden a presentar niveles de comprensión de lectura considerablemente más bajos que aquellos de entornos más privilegiados y, típicamente, más letrados (Organización para la Cooperación y el Desarrollo-OECD, 2012, 2014; UCE, 2011). Sin embargo, hasta el momento la investigación no ha esclarecido totalmente a qué aspectos es necesario prestar atención en el aula para mejorar los niveles de comprensión de lectura y ofrecer oportunidades de aprendizaje óptimas y equitativas para todos los estudiantes. La investigación ha documentado intervenciones efectivas para los primeros años de la enseñanza de la lectura, pero aún no hay una propuesta satisfactoria para los cursos de primaria más tardíos y los años de escuela media, siendo aún un reto sin respuesta a pesar de ser un problema a nivel global. Para poder diseñar iniciativas pedagógicas efectivas, es necesario primero entender qué habilidades contribuyen a la comprensión de textos. Como es ya sabido, la comprensión de lectura constituye un proceso complejo y multidimensional que requiere la confluencia de múltiples factores (e.g., fluidez de lectura, nivel de vocabulario, conocimiento previo, estrategias de lectura, motivación) (Kintsch, 2004; Perfetti & Stafura, 2014). En esta investigación, las autoras se concentran especialmente en un área considerada central en las teorías de comprensión de lectura, pero aún poco explorada: las habilidades de lenguaje durante la etapa evolutiva de la preadolescencia, etapa de crecimiento significativo de las habilidades de lenguaje académico.

¿Qué significan las habilidades de lenguaje académico?

El término lenguaje académico —también llamado lenguaje escolar o lenguaje de la escuela— se usa para referirse al lenguaje empleado en textos de la escuela media, al lenguaje utilizado en el aula para la enseñanza, al lenguaje de las evaluaciones escolares y al lenguaje, típicamente asociado a estructuras de poder en la sociedad (Bailey, 2007; Schleppegrell, 2004). En general, se trata de un habla poco frecuente en el habla coloquial.

El lenguaje académico, al tener como función primordial compartir conocimiento abstracto y complejo con audiencias diversas y no conocidas, tiende a ser más denso conceptual, estructural y léxicamente que el discurso coloquial cotidiano (Biber & Conrad, 2009; Halliday, 2004). Además, ha sido caracterizado por resaltar conexiones lógicas de manera más explícita y precisa, por fundamentar afirmaciones sobre la base de evidencia y por emplear una voz autoritaria y epistémicamente reflexiva (Biber & Gray, 2010; Fang & Schleppegrell, 2008; Hyland, 2005; Moyano, 2010; Núñez, Muñoz &Mihovilovic, 2006; Parodi, 2006; Schleppegrell, 2001). Es importante recordar, sin embargo que este contraste entre lenguaje académico y lenguaje cotidiano no debe entenderse como una distinción entre categorías excluyentes, sino más bien como un continuo donde el lenguaje empleado puede incorporar una mayor o menor concentración de rasgos característicos del lenguaje académico.

Los estudios previos sugieren que los estudiantes, sobre todo a partir de la educación primaria tardía y la escuela media, se enfrentan a textos sobre temas abstractos y complejos que requieren el uso de un lenguaje bastante diferente al lenguaje coloquial del día a día. Aunque la investigación sobre el desarrollo del lenguaje y lectura se ha enfocado, principalmente en los primeros años de vida, y a pesar de la idea extendida de que este proceso se circunscribe a dicho período, investigaciones recientes indican que el desarrollo del lenguaje continúa en la adolescencia y que la participación exitosa de los estudiantes en el aprendizaje escolar requiere del dominio de recursos discursivos y léxico-gramaticales que se desarrollan durante los años de la escuela primaria y media (Berman & Katzenberger, 2004; Berman & Ravid, 2009; Ber-man & Nir-Sagiv, 2007; Cummins, 2001). Según esta línea de investigación, el aprendizaje escolar incluye no solo la ampliación de conocimientos, sino también la expansión de recursos lingüísticos y discursivos relevantes para acceder y participar en el lenguaje académico y también en la vida cívica y profesional de la sociedad (LeVine, LeVine, Schnell-Anzola, Rowe, & Dexter, 2012).

La investigación

La investigación de las profesoras Alejandra Meneses y Paola Uccelli examinó un nuevo constructo: el de habilidades clave de lenguaje académico (HCLA) (ver Figura 1) como predictor de la comprensión de lectura en una muestra transversal de 223 estudiantes estadounidenses monolingües y bilingües de 4° a 6° grado, utilizando el instrumento I-HCLA. Los resultados muestran una progresión positiva —aunque no significativa- a mayor escolaridad y además un desempeño significativamente más alto en estudiantes que han alcanzado un dominio adecuado del inglés (ya sean monolingües o bilingües) en comparación con los estudiantes de dominio emergente del inglés. También el desempeño en el I-HCLA fue identificado como predictor de la comprensión de lectura, incluso después de controlar por nivel de dominio del inglés, nivel socio-económico, fluidez de lectura y conocimiento de vocabulario académico. La falta de predictibilidad del grado escolar en este análisis no resulta del todo sorprendente a la luz de la gran variabilidad individual en el desarrollo del lenguaje previamente reportada, por ejemplo para el nivel de vocabulario (Biemiller & Slonim, 2001).

Figura 1. Constructo de Habilidades clave de lenguaje académico (HCLA)

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(Fuente: Uccelli y Meneses, 2015)

Los resultados muestran que tanto el constructo como el instrumento propuestos proveen información relevante para comprender con mayor claridad la relación entre lenguaje, comprensión de lectura y nivel socio-económico en estudiantes monolingües y bilingües. Además, los resultados sugieren que más allá de las habilidades básicas de fluidez en la lectura de palabras, las HCLA y el conocimiento de vocabulario académico parecen captar las habilidades de lenguaje relevantes para la comprensión de lectura que están usualmente impactadas por el nivel socio-económico ya sea en poblaciones bilingües o monolingües. En un estudio anterior se comprobó que incluso al interior del grupo de dominio adecuado del inglés las diferencias en HCLA según nivel socio-económico fueron significativas, siguiendo el patrón ya documentado donde los estudiantes de niveles socio-económicos más altos presentaron un rendimiento mayor (Uccelli, et al. 2015). Además, investigación desarrollada con estudiantes chilenos entre 4º y 8º básico confirma los la relevancia del lenguaje académico para la comprensión lectora (Meneses, Uccelli, Santelices, Ruiz, Acevedo y Figueroa, 2018).

A la luz de estos resultados, como Programa Avanzado en Dirección y Liderazgo Escolar nos realizamos la pregunta sobre el impacto y el rol de las escuelas en el desarrollo del lenguaje académico. Como señalan las autoras de la investigación, este elemento es una parte central en el desarrollo de la comprensión lectora, y además posee implicancias en la realización de tareas que requieren compartir conocimiento complejo y abstracto. Dados estos antecedentes, puede inferirse que el desarrollo del lenguaje académico no es trivial para los estudiantes, sino que muy por el contrario, juega un rol clave en sus años de estudio posteriores –en la educación media y superior- y en contextos de desempeño profesional. Por ello, para los líderes escolares, especialmente para aquellos encargados de departamentos o áreas de lenguaje, es un desafío intencionar la enseñanza y el uso del lenguaje académico, y no a oponerlo en contraposición al lenguaje cotidiano. Esto, sobre todo considerando que para muchos estudiantes sobre todo aquellos en contextos de mayor vulnerabilidad, la escuela es una oportunidad única para ejercitar y desarrollar habilidades específicas de lenguaje.

Adaptado desde:

Uccelli, P., & Arévalo, A. M. (2015). Habilidades de lenguaje académico y su asociación con la comprensión de lectura en la escuela primaria y media: un nuevo constructo operacional. Miríada hispánica, (10), 179-206.

Meneses, A., Uccelli, P., Santelices, M. V., Ruiz, M., Acevedo, D., & Figueroa, J. (2018). Academic Language as a Predictor of Reading Comprehension in Monolingual Spanish‐Speaking Readers: Evidence From Chilean Early Adolescents. Reading Research Quarterly, 53(2), 223-247.