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Organización del tiempo y satisfacción docente en Chile

La investigación local y global ha descrito que la falta de tiempo de los profesores es uno de los factores que más influye negativamente en su satisfacción laboral y consecuentemente, en su retención en los establecimientos educativos. Paralelamente, también se ha mostrado cómo determinadas actividades de trabajo colectivo, como aquellas vinculadas a la colaboración, permiten optimizar el tiempo y aumentar la satisfacción de profesores. Para profundizar sobre estos temas, en este ocasión revisamos los resultados de la investigación liderada por Verónica Cabezas, académica de la Facultad de Educación UC, en conjunto con María Paz Medeiros y David Inostroza, desde Elige Educar, y Constanza Gómez y Vicente Loyola desde la UC, cuyo objetivo fue estudiar la relación entre la cantidad y la gestión de horas no lectivas que posee un profesor durante su jornada, y su satisfacción laboral.

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Uno de los temas recurrentes en los estudios sobre la carga de trabajo docente es cómo  organizan su tiempo, elemento estrechamente relacionado con la distribución entre horas lectivas y no lectivas. Las primeras se entienden como aquellas en que se desarrolla la docencia en el aula y las segundas, como las horas en que el docente ejerce labores complementarias de la enseñanza. Estas tareas no lectivas son fundamentales para el funcionamiento de una buena clase: por ejemplo incluyen la preparación y presentación adecuada del material educativo, el monitoreo del aprendizaje, la entrega de retroalimentación, entre otras labores.

Sin embargo, suelen aparecer dos problemas: por un lado, las tareas que realizan los docentes durante las horas no lectivas no siempre se relacionan con el aprendizaje de los estudiantes y, por otro, las actividades no siempre alcanzan a ser completadas en el tiempo asignado dentro de la jornada laboral, por lo que deben realizarse en los hogares (horas extras). Elementos como estos contribuyen al estrés laboral y dificultan la retención de los profesores en el sistema escolar. De ahí surge la primera pregunta de la investigación: ¿Cómo se relaciona la cantidad de horas no lectivas y extra laborales, con la satisfacción laboral docente? De forma opuesta, es sabido que el trabajo colaborativo impacta positivamente en la satisfacción laboral de los profesores: a la vez que mejoran sus habilidades técnicas, se genera confianza en el equipo de trabajo, reforzando la sensación de “sentirse parte” y aumentando la autoestima docente. Por lo tanto, cabría esperar que el trabajo colaborativo, al optimizar el uso del tiempo, contribuya a reducir la carga laboral relacionada con actividades complementarias al aula, y también a aumentar la satisfacción laboral docente. Por ello surge la segunda pregunta de investigación: ¿Cómo se relaciona la calidad del trabajo de las horas no lectivas, concretamente con el hecho de que exista trabajo colaborativo en el establecimiento, con la satisfacción laboral docente?

En Chile, la jornada laboral docente puede tener como máximo 44 horas cronológicas a la semana, de las cuales la docencia en aula no puede superar las 33 horas cronológicas. Así, el marco regulatorio nacional asegura una proporcionalidad de un 75% de horas lectivas y 25% de horas no lectivas (MINEDUC, 1997). Esta es una de las razones por las que se impulsó el Proyecto de Ley de Carrera Docente, que busca, entre otras cosas, modificar la distribución del tiempo de los profesores con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales. De este modo, se modifica gradualmente la proporción de horas lectivas y no lectivas, pasando de 75/25 a 65/35 y aspirando a llegar a 60/40. Además, se señala que al menos el 40% de las horas no lectivas de cada profesor deben ser usadas solo para preparación de clases y revisión y preparación de evaluaciones.

Para realizar la investigación, se utilizaron datos de una muestra representativa de docentes de aula trabajando en enseñanza básica y media, en establecimientos de la Región Metropolitana de Chile que reciben subvención del estado. Se encuestó a 950 profesores de 330 establecimientos, a quienes se les aplicó un cuestionario elaborado y validado por el equipo de investigación.

Respecto a la información reportada por los docentes, los datos señalan que existe una mayor percepción de satisfacción sobre el propio desempeño, el trabajo en el establecimiento y respecto de las horas de almuerzo. En contraste, declaran una baja satisfacción con la cantidad de tiempo no lectivo y la cantidad de trabajo que se llevan a sus hogares. Con respecto al tiempo, se evidencia una alta cantidad de horas frente a sus alumnos (29 horas promedio semanales de tiempo lectivo) respecto al tiempo no lectivo (8 horas promedio a la semana). Es posible apreciar que en promedio, los docentes de la nuestra cuentan con un 20% de sus horas para realizar actividades diferentes a la docencia en aula. Finalmente, llama la atención el tiempo que los docentes reportan trabajar como “horas extra” (11 horas semanales en promedio), llegando en algunos casos hasta las 70 horas. Esto puede deberse a diversas razones, como insuficientes horas no lectivas, escasez de espacios habilitados para trabajar fuera de la sala de clases, mala planificación o sobre-carga laboral. También, los docentes de nuestra muestra gastan en promedio 6 horas extra laborales a la semana en actividades pedagógicas. Este punto evidencia que una de las tareas más relevantes para los docentes se realiza durante sus horarios no laborales, lo cual podría tener importantes repercusiones tanto en satisfacción como en productividad.

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Los resultados del estudio corroboran la evidencia global previa, al encontrar una clara relación positiva entre la cantidad de horas no lectivas y la satisfacción laboral docente. También se encontraron resultados robustos que muestran la relación negativa entre la alta cantidad de horas extra-laborales y la satisfacción laboral de los profesores. Por ello, los resultados relevan el rol de las horas destinadas a desarrollar trabajo pedagógico, administrativo y de capacitación, que sucede en espacios fuera del aula (no lectivos) y que aportan a la satisfacción laboral docente. Además, al aumentar las horas no lectivas, se espera una disminución de las horas extras. Estas últimas son especialmente altas en el contexto chileno, alcanzando un promedio de 11 horas semanales, adicionales al contrato que no son remuneradas ni reconocidas. Este tema cobra especial interés en un país como Chile, donde la evidencia señala que cerca del cerca del 40% de los docentes que ingresan al ejercicio profesional se retira hacia el quinto año de ejercicio.

Los resultados del estudio sugieren también que la satisfacción reportada por los docentes aumenta por cada hora no lectiva adicional, pudiendo notarse un efecto estadístico una vez que se aumenten en 10 las horas no lectivas. Esto requeriría de un crecimiento de las horas no lectivas desde el 20% actual, hasta alrededor del 40%, alineado con la Nueva Carrera Docente. Este efecto en la satisfacción se duplica si junto con aumentar las horas no lectivas se disminuyen las “horas extra”.

Adicionalmente, los resultados muestran que el contar con instancias formales de colaboración para realizar actividades de planificación y preparación de materiales, ya sea con otro profesor o en reuniones de departamento, presenta una relación positiva con la satisfacción laboral, por sobre el aumento de horas no lectivas. Esto indicaría que, más allá de la relevancia de las horas no lectivas, también es importante gestionar espacios de colaboración formales que permitan entregar y recibir apoyo en tareas pedagógicas, junto con fomentar el trabajo en equipo y generar espacios de confianza.

El estudio es un aporte relevante a nivel local para el diseño y discusión en temáticas docentes, entregando evidencia a favor del aumento y resguardo de las horas no lectivas, y también sugiriendo la importancia del rol de espacios formales de colaboración. Desde el liderazgo escolar, es clave identificar y relevar la importancia de los espacios de trabajo fuera del aula que se desarrollen de forma individual, y sobre todo colectivamente, que potencien el aprendizaje de los estudiantes, pero que además faciliten la realización del trabajo con foco pedagógico dentro de las escuelas. Esto, sobre todo considerando no solo los posibles resultados positivos en términos de logros de aprendizaje, sino también de satisfacción de profesores.

Artículo editado por Claudia Llorente y Paulo Volante desde:

Cabezas, V., Medeiros, M. P., Inostroza, D., Educar, E., Gómez, C., & Loyola, V. (2017). Organización del Tiempo Docente y su Relació n con la Satisfacción Laboral: Evidencia para el Caso Chileno. Education Policy Analysis Archives/Archivos Analíticos de Políticas Educativas, (25), 1-33.