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Auto-observación y mejora pedagógica

Alondra Bahamondes es profesora de Lenguaje y Comunicación, directora del Colegio Nuestra Señora de Lourdes (Osorno) y recientemente graduada del programa de Magíster en Educación con mención en Dirección y Liderazgo Educacional, con el proyecto final “¿Qué observa el observador al observar? Análisis de procesos reflexivos orientados a desempeño profesional docente en procesos de autobservación”. En ella, Alondra buscó caracterizar procesos de auto-observación de profesores, identificando si era posible proyectar su uso como herramienta de mejora pedagógica y desarrollo profesional.

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Concretamente, la auto-observación es el proceso donde docentes observan sus propias clases, registradas en video. En este caso, se acordó con ellos una fecha y clase específica para ser grabados, lo que les dio la oportunidad para planificar y preparar la clase. Luego de la sesión, a los profesores se les entregó el registro audiovisual de su propia clase, la que veían de forma individual, tomando apuntes sobre todos los elementos centrales: ¿Qué es o que veo? y ¿Qué es lo que me pregunto?: “ellos escribían libremente lo que venían en la sala de clases y lo que les llamaba la atención”. Luego, leían en voz alta sus anotaciones, describiendo el por qué les parecieron relevantes. Una vez terminada la sesión de auto-observación, los docentes debían reformular su planificación inicial, de acuerdo a lo que consideraron importante de modificar.

Alondra destaca que “me llamó a atención poder observar que sus registros de auto-observación eran muy específicos y concretos, solamente de lo que veían y escuchaban en la sala de clases, sin hacer juicios”, pese a que no se les dio ninguna indicación específica sobre la modalidad en que debían afrontar el ejercicio. Comenta que los registros se centraron en “sus acciones en la sala de clases. También logran reflexionar sobre prácticas comunes: por ejemplo, los docentes se daban cuenta que iban muy rápido porque estaban presionados por terminar su planificación de principio a fin, y eso los llevaba a cometer errores. El verse en los videos los ayudaba a darse cuenta de eso”.

Sobre los hallazgos de su proyecto, comenta que “que los procesos de auto-observación permiten focalizar el trabajo (de los profesores) en lo que hacen concretamente en las salas de clases. En segundo lugar, ellos logran reflexionar sobre aquellas prácticas que están más naturalizadas, que pocas veces cuestionan y que tienen que ver con su desarrollo profesional”. En ese sentido, rescata la utilización de evidencia como una herramienta que facilita procesos de mejora: “el potencial de aplicación es que los equipos directivos recolecten información basada en la evidencia respecto de cuál es el desempeño de los docentes en la sala de clases”, lo que les permite tomar decisiones de mejora informada. Además, “permite que los docentes reflexionen sobre sus prácticas”, muchas de las cuales son parte de su rutina habitual, y por ello no son conscientes de las mismas.