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Liderazgo para el aprendizaje

En este artículo, Philip Hallinger, quien es uno de los invitados a las IV Jornadas Interamericanas de Dirección y Liderazgo Escolar, ilustra la evolución de la investi­gación en liderazgo escolar en las últimas tres décadas. Se afirma que la evidencia en este tema es aún incompleta, pero hoy se cuenta con una mejor guía para quienes están en el rol de directi­vos escolares. A continuación, se resumen los hallazgos clave y sus implicancias prácticas para quienes ejercen un liderazgo centrado en el aprendizaje.                  

Los directores alinean en valores a la escuela

Los valores guían la toma de decisiones y las aproximaciones al resolver problemas, tanto implícita como explícitamente; sin embargo, la articula­ción explícita es el modo más frecuente. Pero aprender a utilizar los propios valores, creencias y expectativas, en sintonía con los valores de la escuela es un requisito para el liderazgo para el aprendizaje. Tomando prestada la cita de Mahatma Gandhi, "sé el cambio que quieras ver en tu escuela".

La habilidad para articular una visión centrada en el aprendizaje que sea compartida por otros y establecer metas claras, crean una base para todas las otras estrategias y acciones de liderazgo. La visión del director y las metas deben estar relacionadas con valores centrales del equipo de liderazgo de la escuela, y más ampliamente, con la comunidad escolar. La visión escrita en el papel solo cobra vida a través de las rutinas y acciones que son ejecutadas a diario. Este era el mensaje de la investigación realiza­da por Dwyer (1985) hace 30 años, que aún sigue vigente hoy. El liderazgo para el aprendizaje no es el gran anuncio sobre una nueva innovación. Más bien es el foco persistente por mejorar las condiciones para el aprendizaje y la creación de coherencia entre los valores y las acciones en la sala de clases, día a día en la escuela.

El director importa, pero solo alcanza el éxito a través de la cooperación con otros.

El impacto del liderazgo del director está mediado por la cultura, los procesos de trabajo y por las personas. Más específicamente, el modelo de "influencia mutua" enfatiza el profundo impacto que tiene el contexto interno de la escuela tanto en el liderazgo como en el aprendizaje. Esta perspectiva debería ser alentadora y entregar lecciones.

El liderazgo debería estar orientado a construir capacidad en la escuela para la mejora

La educación y la mejora escolar se tratan del desarrollo de la capacidad humana. El liderazgo para el aprendizaje también debería tratarse de eso. Robinson et al. (2008) generó el alarmante hallazgo acerca de los impor­tantes efectos de involucramiento de director en el desarrollo profesional de los profesores. Esto recuerda la caracterización que Barth (1990) reali­zó de la escuela como una comunidad de personas que aprenden y los importantes vínculos entre el aprendizaje de los directivos de la escuela, los profesores y los estudiantes.

Toma tiempo entender la cultura primero, luego desarrollar estrategias de liderazgo adecuadas.

Los líderes que posean un solo set de herramientas se encontrarán a sí mismos saltando entre el éxito y el fracaso, sin entender por qué. La capa­cidad para leer tu cultura correctamente y adaptar tu liderazgo a las nece­sidades determina ampliamente tu éxito. No hay mejor estilo de liderazgo para promover el aprendizaje en las escuelas. Estamos aprendiendo más y más acerca de las formas que los líderes necesitan para adecuar estrate­gias a culturas organizacionales; se necesita más investigación sobre este punto.

Los líderes deben buscar compartir el liderazgo y empoderar a otros, pero deben escoger el tiempo y los métodos correctos.

Liderazgo compartido, liderazgo colaborativo y liderazgo distribuido se han convertido en "mantras" de la profesión en la década pasada. Desa­fortunadamente, mucha de la discusión es prescriptiva, basada más en las aspiraciones que en los datos. Tanto la teoría como la investigación empíri­ca sugieren que hay un tiempo y un lugar para compartir el liderazgo.

Cuando está bien utilizado, el liderazgo compartido es una poderosa herramienta para expandir la capacidad de la escuela con el fin de alcanzar su visión y crear su propio futuro deseado. Es importante notar que la investigación sugiere que incluso cuando el liderazgo compartido es apoyado por medidas políticas, el propio liderazgo del director es esencial para promover el liderazgo en otros.

La próxima generación de investigación en nuestro campo necesitará enfocarse en adecuar los tipos de estrategias de liderazgo y las prácticas discutidas a las realidades locales. Esto es, necesitamos obtener mejor información no solo acerca de "lo que funciona", sino de "lo que funciona en distintos contextos". Esta investigación requerirá estudios cuantitativos y cualitativos, que describan las prácticas de liderazgo exitoso en distintos niveles escolares, en diferentes puntos en el "viaje a la mejora escolar" y en distintas culturas. Es una agenda ambiciosa, pero que vale la pena.

 

"Esta publicación fue traducida y editada por Claudia Llorente y Paulo Volante, a partir del artículo: Hallinger, P. (2011),"Leadership for learning: lessons from 40 years of empíricaI research", Journal of Educational Administraron, Vol. 49 Iss: 2 pp. 125 - 142".

Para leer el artículo publicado en el sitio WEB de las IV JORNADAS INTERAMERICANAS DE DIRECCIÓN Y LIDERAZGO ESCOLAR, pinche el siguiente link: Liderazgo para el aprendizaje