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Gestión y liderazgo
SON LAS 9.00 AM, día de semana, en dependencias de una línea aérea. A las 9.15 está convocada una reunión y progresivamente llegan los ejecutivos que asistirán a la misma. Puntualmente a las 9.15 el gerente general inicia la reunión, A las 9.18 se abre silenciosamente la puerta, asomándose uno de los convocados, quien cuidadosamente toma asiento y expresa una disculpa.
El gerente interrumpe la reunión, se queda en silencio observando los movimientos del asistente retrasado y luego, alzando notoriamente la voz, lo increpa: “Cuántas veces he dicho que las reuniones son a la hora indicada y que no toleraré retrasos". Prosigue con su interpelación, hasta que unos minutos después retoma la reunión según la tabla.
Esta escena, que a simple aparece como una excesiva advertencia pública a un empleado que ha llegado tarde -algo a lo que muchos probablemente estamos acostumbrados-, tiene un importante trasfondo de gestión y liderazgo.
Concretamente, la gestión estratégica implica consistencia y excelencia en los resultados de una organización, constituyendo para ello sus competencias y capacidades claves. En consecuencia, si profundizamos en el ejemplo enunciado, entenderemos que si una empresa dedicada al transporte aéreo tiene problemas importantes de puntualidad en el despegue de sus aviones, la necesidad de instaurar una cultura de la puntualidad es ineludible.
Existen diversas formas para llegar a este resultado, pero la práctica de este gerente de insistir y enfatizar en un horario específico y sin retrasos entre sus propios empleados sin duda tendrá como resultado una progresiva ínternalización de la puntualidad en la cultura organizacional, tanto dentro de la organización como en los servicios que presta a sus clientes.
Identificar un foco clave y alinear a todas las personas en relación con ello, para asegurar resultados consistentes, forma parte de la gestión. Esta se caracteriza -según John Kotter- por crear una agenda (planificación y los presupuestos), además de desarrollar la red de apoyo (organización y staffing). Asimismo, vela por la ejecución mediante el monitoreo, control y resolución de problemas.
Dirección estratégica eficaz
La gestión y sus diversos sistemas son necesarios, pero no suficientes. Las capacidades de liderazgo son el complemento obvio para una dirección estratégica eficaz. Tanto en el contexto escolar, como en organizaciones en general, el liderazgo tiene que ver con: establecer dirección (visión de futuro y estrategias para producir cambios), alinear al personal (comunicación verbal e instrumental de la dirección para validar la visión y estrategias), motivar e inspirar (energizar a la gente); todo ello para facilitar los cambios deseables, que componen la estrategia de la organización a la que servimos (ver imagen).
En términos de la aplicación de esta lógica a la dirección escolar, se trata de definir lo importante, unir esfuerzos en función del propósito común, y “comunicar/re-comunicar" con insistencia qué esperamos de cada miembro de la organización. En síntesis, una dirección escolar que realmente se focaliza en la enseñanza y el aprendizaje, provee consistencia en el asunto central por el cual existen las organizaciones educativas. Una vez instalada esta consistencia, es deseable aspirar a la excelencia en los procesos de enseñanza y en los logros educativos de los estudiantes.
Para leer el artículo publicado en La Tercera, pinche el siguiente link: Gestión y liderazgo
"Esta información fue publicada originalmente en el diario La Tercera el día 21 de Agosto de 2011, en el marco del Diplomado en Gestión Directiva de Organizaciones Escolares, II versión, organizado en conjunto entre la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Pensilvania y La Tercera".