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Liderar el cambio en Formación Inicial de Profesores hacia un curriculum basado en la práctica

Deborah Ball, decana de la Escuela de Educación de la Universidad de Michigan, estuvo como profesora visitante en la Facultad de Educación de la UC. La visita se enmarcó dentro de la colaboración entre ambas Facultades consolidada a través del trabajo en el Convenio de Desempeño entre la UC y el MINEDUC (PUC 1201). Uno de los focos de la visita fue compartir la experiencia de la profesora Ball en relación a su liderazgo en el rediseño de los programas de Formación de profesores. Dentro de los elementos claves para el cambio, destacó la necesidad de desarrollar una visión compartida en relación a la enseñanza y el aprendizaje, que se traduzca en un lenguaje común en relación a los desempeños que un profesor recién egresado tiene que lograr para poder hacerse responsable desde su primer año de ejercicio profesional del aprendizaje de sus estudiantes.

 

Formación de nuevos profesores

Deborah Ball señala que una de las principales dificultades para la formación de nuevos profesores es la falta de un lenguaje compartido en relación a lo que los profesores en formación deben aprender a hacer. En otras profesiones como la enfermería, el pilotaje de aviones, la gasfitería está muy claro lo que se espera de un novato. A diferencia de estas profesiones en el caso de los profesores, todos de alguna u otra manera hemos estados involucrados en la actividad de aprender o enseñar. Esto con frecuencia nos lleva a pensar que: 1) la enseñanza no es algo especialmente difícil y que es una actividad humana por excelencia que dependería en forma importante de la creatividad y capacidad de improvisación, 2) que es un talento natural con el que algunos simplemente nacen y 3) que la mejor forma de aprenderlo es a través de la experiencia. Estas creencias, según Ball, han llevado a que se tienda a describir las competencias en términos globales, a una falta de consenso en relación a las prácticas que son esenciales para que un principiante pueda hacerse cargo en forma responsable de la enseñanza y a un empobrecimiento en el vocabulario para describir, enseñar y evaluar la enseñanza.

 

Las prácticas generativas como una herramienta para el desarrollo de una visión común

En este contexto el equipo de la Universidad de Michigan trabajó en identificar un núcleo común de prácticas de enseñanza que sean esenciales para la enseñanza en diferentes contextos y contenidos, suficientemente específicas para ser nombradas, identificadas, enseñadas y evaluadas. En la Facultad de Educación de la Universidad Católica se tomaron estas prácticas generativas (high leverage practice) como un prototipo sobre el que empezar a trabajar para el desarrollo de un lenguaje común y una visión compartida en el contexto de un rediseño curricular que tenía como objetivo poner la práctica en el centro de la formación. Dentro de estas prácticas se consideran por ejemplo: el poder explicar un contenido usando ejemplos, representaciones, modelos o ejemplos; el guiar trabajo en grupo pequeño; el liderar una discusión con todo el grupo; el diseñar secuencias de actividades para lograr una meta de aprendizaje; el comunicarse con padres y apoderados, entre otras. La primera fase del cambio se ha concentrado en el rediseño de los cursos disciplinares, las didácticas y las prácticas. El desafío es ir incorporando a todos los cursos de los distintos programas para alcanzar una mayor coherencia en la formación.

 

Desafíos para la docencia en la formación de profesores

En primer lugar, la profesora Ball, pone el énfasis en trabajar en torno a una especificación clara acerca de los conocimientos, habilidades y características del desempeño necesarias para la enseñanza incial. En segundo lugar señala la necesidad de una formación clínica detallada y progresiva, que vaya desde las observaciones y registro a la práctica independiente, pasando por oportunidades sistemáticas para simular y en tercer lugar releva la necesidad de evaluaciones de desempeño de las competencias a nivel individual. Esto implica que quienes están implicados en la formación de profesores deberían identificar las prácticas generativas que se trabajarán en el curso, diseñar actividades y tareas con foco en la práctica, modelar prácticas de enseñanza, focalizar las discusiones de clases en torno a la práctica, usar ejemplos en videos, dar retroalimentaciones sobre la práctica y evaluar el desarrollo de los profesores en formación en relación a sus conocimientos y habilidades para enseñar. Para apoyar el desarrollo de habilidades para la docencia en el contexto de un curriculum basado en la práctica, Deborah Ball sugiere: generar oportunidades para la observación de la docencia entre pares y de co-docencia; fomentar la elaboración en forma colectiva de programas, syllabus, tareas y evaluaciones; analizar el trabajo de los estudiantes (tareas y evaluaciones) y evaluarlas en conjunto; generar los tiempos para que los académicos puedan desarrollar sus conocimientos y habilidades en relación a las pedagogías de la práctica; reconocer los esfuerzos y el progreso de los académicos en formas que les sean significativas.

En la Universidad Católica de Chile, la Facultad de Educación es pionera en aplicar este enfoque en la Formación de Profesores. Actualmente el Sistema de Practicas Pedagógicas, liderado por la profesora Magdalena Müller (mbmuller@uc.cl), aplica diversas herramientas y promueve experiencias para que las estudiantes de pedagogía, se aproximen al desempeño profesional a partir de simulaciones, análisis de casos, tareas virtuales y producción de estrategias docentes, mucho antes que su inserción como practicantes en establecimientos escolares. Para más información sobre esta innovación curricular el Sistema de Prácticas Pedagógicas UC, cuenta desde diciembre de 2015 con la plataforma prácticaspedagogicas.uc.cl